jueves, 18 de abril de 2013

Mis CDs favoritos(4): Haydn, Cuartetos op.50 (Tokyo String Quartet)


Normalmente se le suele dar menos importancia a Haydn, y suele ser porque se le compara casi siempre con Mozart. Y la comparación no tiene mucho sentido, la verdad. No se me ocurriría, por supuesto, negar la importancia de Mozart, ni discutir que fue un genio, un caso único y que prácticamente no se ha vuelto a repetir en la historia de la música. Pero esa genialidad no debe cegarnos ni dejarnos ver que, en realidad, no fue un compositor tan innovador como, por ejemplo, Haydn.
A Haydn le debemos nada menos que la invención o, por lo menos, el establecimiento como agrupación musical, del cuarteto de cuerda como lo conocemos en la actualidad. Y otro tanto se podría decir de la sinfonía, el trio con piano, etc, o la misma forma sonata. Con toda seguridad en ninguna de sus obras encontraremos la genialidad de algunas de Mozart pero, a cambio, en prácticamente todas sus obras (y fue un compositor realmente prolífico) el nivel es muy alto y tiene muy pocas obras que desmerezcan.

Centrándonos en el cuarteto de cuerda, tras sus primeros intentos con los primeros números de opus, que eran prácticamente divertimentos de seis o siete movimientos, a partir ya de sus op. 20 y 33 se trata de obras maduras, con una forma absolutamente establecida. Y no pensemos que Haydn es un artesano aburrido que hacía cuartetos rutinariamente: su invención no tiene límites, siempre está intentando cosas nuevas, y sus obras a menudo estén llenas de bromas, guiños, sorpresas: en suma, de un sentido del humor y una alegría siempre presente. Tal vez nada tan genial como algunas obras de Mozart, pero prácticamente todo de un gran nivel.

Su op. 50 es de la época central, y consta de 6 cuartetos. Y en esta ocasión me ocuparé de la versión del Tokyo String Quartet.



Se trata de una de las primeras grabaciones de este grupo, y por aquel entonces estaba formado por cuatro japoneses: Koichiro Harada, Yoshiko Nakura, Kazuhide Isomura y Sadao Harada. Y la versión es espléndida. Tuve esta grabación, en vinilo, hace muchos años, en los años en que terminaba mis estudios y comenzaba a trabajar profesionalmente como violinista, y recuerdo que para mí eran como un modelo a seguir, tanto técnicamente como musicalmente. Recuerdo escuchar una y otra vez, partitura en mano, estos cuartetos, y para mí se trataba de una manera de tocar ideal para esta música y esta época.
Escuchemos el comienzo del 3º cuarteto, por ejemplo:
La articulación es limpísima, con los golpes de arco * idóneos en cada momento: el spicatto justo, la dinámica exacta, la afinación impoluta...

Pero no pensemos que, al ser japoneses, entran en el tópico de que se trata de hábiles imitadores y que son fríos. Escuchemos el comienzo del movimiento lento del 2º cuarteto:
Hasta el minuto 0:39 no nos damos cuenta de que el 1º violín ha estado callado, y que quien ha estado tocando la melodía de esa fantástica manera era el 2º. Y cuando el primer violín lo repite, una octava más alta, nos damos cuenta de la calidad de su expresión: vibrato amplio y variado, emoción, belleza y variedad de sonido... para un violinista atento es toda una lección, casi puede adivinar los arcos que está tocando, así como las digitaciones empleadas.

Por último, el primer movimiento del 4º cuarteto, toda una exhibición de virtuosismo: aparte de lo ya mencionado anteriormente de limpieza de articulación, idoneidad de los golpes de arco, es que son excelentes instrumentistas: escuchemos en el minuto 0:49 el dominio que tienen en el registro agudo:

Porque no olvidemos que se trata de Haydn, y es enormemente difícil tocar esta música: generalmente, o no llegas o te pasas: o se toca fríamente o románticamente, es muy difícil encontrar el punto justo. Y el Tokyo lo consigue, con unas articulaciones muy delineadas, un vibrato adecuado en cada momento, unas dinámicas justas... Algo que tiene mucho mérito.


* Golpes de arco: traducción literal del francés (coups d'archet), sería algo así como el abanico de posibilidades con el que cuenta un instrumentista de cuerda para articular las notas por medio del arco. Casi todos se nombran con palabras italianas o algunas francesas: legato, staccato, spiccato, detaché, martellato. Cada uno de ellos consigue un sonido diferente y generalmente es criterio del intérprete usar uno u otro según el efecto requerido por el compositor o la época. 


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