Hace mucho tiempo que comencé este proyecto de
hacer unas guías de audición sobre los Cuartetos de Beethoven. Y más tarde me
di cuenta de mi osadía y de lo desproporcionado de mis intenciones, por una
parte por mis limitados conocimientos de armonía, análisis, etc., y por otra
porque, conscientemente, intenté no copiar de otras fuentes, que hubiera sido
lo más fácil. Y tal vez lo más acertado. Porque soy consciente de que en los 6
trabajos del op.18 se me colaría más de una inexactitud y diría alguna que otra
burrada. De todas formas, sigo pensando que es preferible meter la pata más de
una vez, antes que simplemente hacer copy&paste y quedar como lo que no
soy. Porque he de decirlo para no dar lugar a equívocos, no soy experto en
estas cosas. Soy músico, pero mi campo de actuación es la interpretación, no el
análisis o la docencia.
En aquel momento me pareció interesante
comentar algunas cosas de estas obras, intentando llamar la atención sobre el
trabajo temático de Beethoven, dar algunas ideas al lector-oyente para que
escuchara estas obras con otros oídos, y si he conseguido esto en alguien, me
considero muy satisfecho.
Bueno, en un principio llegué trabajosamente
al final de los seis cuartetos del op. 18, los que constituyen lo que se ha
lamado la "primera época". Más tarde di un salto en el tiempo y me
ocupé, nada menos, que de la Gran Fuga y del Cuarteto op. 131. Y siempre he
tenido un cierto remordimiento por no haber conseguido completar el ciclo que
tan alegremente e inconscientemente comencé. De manera que voy a seguir con
ello, ya veremos si hago unos cuantos más y tengo que dejarlo de nuevo.
Los cuartetos de Beethoven constituyen un
conjunto de obras de una entidad importantísima. No tan solo porque son uno de
los conjuntos más importantes en la literatura del cuarteto de cuerda, sino
porque los tres diferentes grupos en los que a menudo se les divide (tempranos,
medios y de madurez), son de enorme importancia en toda la obra del compositor.
Así, existe un cambio importante entre los 6 cuartetos del op. 18 y los 3
siguientes del op.59. Son obras de una mayor complejidad, más extensas y que se
apartan del clasicismo de los primeros.
Los tres cuartetos del op. 59 están dedicados
al Conde Rasoumovsky, embajador ruso en Francia, y de hecho utilizan unos
cuantos temas populares rusos, como ya veremos. Son obras mucho más
"sinfónicas", por así decirlo. Hay momentos en los que la imaginación
nos sugeriría una orquestación más amplia, como si a Beethoven se le empezara a
quedar pequeña la forma del cuarteto. Una chorrada lo que acabo de escribir,
porque se trata de obras absolutamente idiomáticas para cuarteto de cuerda,
pero ya me entendéis.
El primer cuarteto del op. 59, que es el 7º
cuarteto de Beethoven, está escrito en Fa M y consta de cuatro movimientos,
aunque el 3º y 4º se tocan sin interrupción ni pausa entre ellos.
Aquí podéis
descargar la partitura, por si os interesa seguirla durante la escucha.
1º movimiento, Allegro
Con un acompañamiento en simples notas
repetidas a cargo de viola y 2º violín, el violonchelo comienza con el 1º tema.
Está dividido como en cuatro períodos de cuatro compases cada uno, todos ellos
con la misma rítmica. El 1º violín descansa al principio, y el violonchelo hace
sus cuatro primeros compases y se contesta a sí mismo. El primer violín aparece
y repite exactamente los últimos cuatro compases del violonchelo, y a
continuación culmina con cuatro compases más. Si nos fijamos, como dije más
ariba, la rítmica de cada una de estas cuatro secciones es idéntica. A pesar de
que cambian las notas, el ritmo sería algo así como: Ta-ta-ta-ta-Taaaaa,
tatatatatata ta-ta-Taaaaaaaaa. Me váis a perdonar esta forma de expresame, pero
intento llegar a cualquier persona, aunque no sepa nada de música. Escuchemos
este primer tema con sus cuatro secciones: dos por el violonchelo y dos por el
1º violín. El resto de instrumentos se dedican a un incesante acompañamiento en
corcheas repetidas:
Ejemplo 7101